Este mes, como los muchos días de meses atrás, son plagados de sentimientos bastante peculiares. Lloro por cualquier cosa, siento que no soy del todo comprendida y me vuelvo bastante insoportable conmigo misma. En cierto modo, creo yo, debe ser un modo de egoísmo. Nunca me consideré como tal, pues mi mamá me ha enseñado a compartir lo que tengo, a no ser mezquina, y si se puede, dar hasta lo que no se tenga por las personas que uno quiere y cuida. Pero mi egoísmo no se debe al plano material, sino al emotivo, por llamarlo de algún modo. Eso me sucede cada mes, en algunas semanas especificas.
Sin embargo, yo no soy de exteriorizar todas mis emociones. La gente, incluso la cercana a mí, puede creer una cosa, porque me pongo en un plan que no es exactamente el que debería. Pueden creer que me de igual algunas situaciones, porque no suelo exteriorizar ni mi malestar, ni el coraje, al menos no como se debería. Y eso me da rabia. Me da cólera, porque la culpable de esto soy yo, por mi proceder. No creo que ese aspecto cambie mucho, son pocas las veces que de verdad demuestro si me siento mal o bajoneada.
Tengo un carácter bastante peculiar. Yo suelo decir que no tengo orgullo. Creo que es verdad que no lo tengo, y si lo tuviese, debe andar haciendo la siesta eterna. No aparece. O puede que sí lo tenga, pero sea de algún tipo de orgullo que no reconozco como tal, quien sabe. Respuesta misteriosa. Pero cuando hablo con mi querida Cats, o con quien sea de mis amigas,sobre este tema, no encuentro mucho pan por rebanar. Muchos me lo han explicado de miles de formas, pero sigo sin reconocer nada. Me dicen que el pedir disculpas, genera que las personas no quieran hacerlo, por orgullo. Yo no he tenido problema en ese aspecto, soy de las personas que suelen pedir disculpas, tanto como cuando me equivoco como no. No me duele hacerlo, menos cuando sé que soy culpable de alguna situación, en esos momentos sólo quiero reparar mi error, solucionar lo que haya podido quebrar.
Pero en este momento, lo que me anda atormentando, es precisamente el hecho de que cuando estoy hecha una furia, me la desquito con las personas equivocadas. No sé dirigir, bajo ningún concepto, la emoción negativa que tengo sobre la persona que debería recibirla. Es más, si se pudiera, nadie debería recibir un mal trato o una mala respuesta por algo que jode, pero el problema es justamente, que en vez de dirigirlo a la persona que se lo merece, lo recibe o lo reciben las personas incorrectas.
Yo debo aprender a decir lo que siento a las personas que deben saber, en determinada situación, que es lo que no me parece, que es lo que me pone de malas, cuales son exactamente, aquellas situaciones o detalles que me desquician y sacan de mis casillas. Y debería aprender a decirlas, justamente, en el momento preciso que ocurre la situación. O quien sabe, decirlo luego, pero contar, al fin y al cabo, eso que me jode.
Mi trabajo es tratar con el público. Antes, cuando trabajaba en hotel, e incluso, cuando trabajaba en USA, solía practicar el mandamiento más grande e importante de mi carrera: La máscara de la buena cara ante todo. Parece que la máscara de la buena cara se quedó a mitad de rostro, porque eso no suele suceder ahora en mi trabajo actual. Trabajo con personas todo el tiempo, tratando a miles de mujeres, y a veces, contados con los dedos, uno que otro hombre, pero, por alguna razón, no soy feliz con el trabajo que tengo. Quizá hace 15 años, cuando apenas era una niña y hacía exactamente lo mismo. Incluso hace 8 años, cuando apenas era una estudiante de hotelería y trabajaba en lo mismo con otras zonas, pero, en esas épocas, era feliz, me gustaba mucho lo que hacía y me preocupaba mucho por ayudar a estas mujeres. Pero ¿Qué es lo que ha cambiado ahora? Buena pregunta. Lo malo es que no sé la respuesta.
No sé si sea por lo mismo que ando en busca de otros horizontes. Quizá, pueda ser, que de verdad yo nunca serví para trabajar con la gente, como dice mi mamá todo el tiempo. O puede que el hecho de trabajar con mi mamá sea el verdadero problema. Quien sabe, me pongo en todas las situaciones, pero no me ilumino por completo. Pero, he ahí el problema. Por mi experiencia laboral, por los conceptos que tanto me chancaron en la época de estudiante de Administración Hotelera y de servicios, pues sé que no importa qué suceda, ellas son mis clientas y debo tratarlas bien. Debo mimarlas cuando se pueda, consentirlas, explicarles las veces que sea necesario, tratarlas siempre con una sonrisa, y todo problema que tenga que no sea de la oficina, dejarlo fuera de ahí. Lo mismo que al revés, todo problema que tenga en la oficina, dejarlo sólo en mi centro de labores. Pero no se puede. O no quiero.
Ando con la cabeza llena de problemas. Aún no puedo concretar lo que quiero, porque lamentablemente, mi familia, sin llegar a ser una familia con bajos recursos económicos, tiene el dinero destinado de tal modo a gastos y costos definidos, que en verdad, dinero para poder estudiar no hay. Sea porque quiera seguir en mi carrera o entrar a otra, no alcanza, y ya de por sí mis papás pagan doble carrera. Tengo dos hermanos estudiando. Uno, una carrera cara; el otro en una universidad cara. Sea por el motivo que sea, meterme a un curso de actualización para prepararme a la universidad, o para pagar profe particular, no se puede. Se intentó, de verdad que sí, pero fue imposible. Tuve que dejar a medias y por el momento meter mis proyectos y metas profesionales en un frasquito hasta nuevo aviso. El problema es que como en todo frasquito, la esencia se irá perdiendo o se esfumará lo que hay dentro si no hago algo. Y el tiempo pasa, y ya no soy tan joven. No quiero ser de la generación Yuppie, que estudiaban y estudiaban, se llenaban de medallas, diplomas, doctorados, todo, pero que no tenían experiencia laboral en nada, pero de pronto se veían con un puesto que les quedaba grande. Eso no quiero. Pero el quid del asunto es ese, no tengo experiencia laboral reciente, así que si no tengo experiencia laboral, no puedo estudiar y sigue pasando el tiempo sin hacer nada, pues pasará que de nada me servirá el título de Administradora hotelera y de servicios.
Entonces, anímicamente, no me siento realizada, por lo que me lleva a tener siempre una mala gesta. Mi humor habitual se vuelve sombrío y comienzo a gritarle a la gente. Y eso no debería pasar. Así como en este caso son los estudios, hay otros que me afectan directamente, y que no tienen validez decirlo. Sólo sé que estos problemas en general, me causan mucho problema en mi trabajo y con la atención que debo realizar con la gente que laboro.
¿Hay manera de combatir esto? No lo sé, de veras que no lo sé. Sólo puedo decir que quiero y es algo necesario, el empezar a tratar bien a las personas. Nadie se merece mis gritos, mi mal humor y la cólera y frustración que debo estar sintiendo.